Rubio se trae un punto que es media permanencia
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La mini revolución de Rubiose trajó un empate, un punto de oro, de Málaga. |
Un punto de oro que lleva al Cádiz a sumar 47. Hubiera sido igual de oro si se hubiera sabido amarrar hace siete días con el Nástic. Pero entonces pasó lo que pasó y todo se precipitó.
Julián Rubio afrontó el encuentro con un once con notables cambios. Mantuvo, eso sí, a Ale Limia en la portería. Colocó a César en el lateral y sentó a Cristian. Gran sorpresa, pero no tanto por lo visto durante la semana fue ver a De Quintana en el eje de zaga. Pero a su lado estaba De la Cuesta, ocupando desde el inicio Abraham Paz un lugar en el eje pero del mediocampo, contemplando dupla con Juanjo Bezares. Raul en el zurda, inamovible.
En el centro del campo, todo fue nuevo. Las bandas de inicio fueron para Dani (la izquierda) y Natalio Lorenzo, ocupando Libero Parri la mediapunta y Gastón Casas el puesto de hombre más adelantado.
El Cádiz de Procopio, quizás por suerte para él, no pudo verse ni en Balaidos ni en Ferrol. Por tanto las prestaciones de este nuevo Cádiz de Rubio son casi imposibles de comparar. Canal Plus si permitió observar que con Rubio el equipo estuvo comprometido, juntito, y con la mente puesta en sumar. Sumar, bendito tesoro sobre todo cuando se supo que Calandría había dado los tres puntos al Albacete. El partido comenzó con el equipo en puestos de descenso y sólo arrancar algo de La Rosaleda servía para no dormir entre los cuatro peores de la liga.
Al final se consiguió. Mucho sufrimiento y nada de pasteleo. El partido no tuvo nada que ver con el de la campaña anterior. Si entonces Limia encajó un gol que daba la permanencia al Málaga, esta semana no lo hizo. Estuvo firme, recibió multiples llegadas a su área, pero la inoperancia de la delantera, acompañada del esfuerzo en defensa del Cádiz salvó un punto que, como decíamos al principio, es de oro. Bezares que casi se autoexpulsó a falta de casi media hora, hizo que muchos maldicieran el destino, pero finalmente Fleurquin, que suplía a Natalio, recomponía el entramado defensivo para aguantar las acometidas malaguistas.
La conclusión tras los 47 es fácil para los cadistas. Si se gana al filial del Sevilla Atlético y no hay empate en el Córdoba-Racing de dentro de una semana, el viaje a Alicante será para hacer turismo. Que tampoco está mal.