Matías marcó el último
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El domingo el Cádiz tiene una de las dos exámenes finales en los que por haber hecho más rabonas que las autorizadas tiene que aprobar. Aprobar es ganar y para vencer hay que marcar. De perogrullo. Tanto lo es como acordarnos ahora de Matías Pavoni.
Febrero de 2003. A un viernes de febrero hay que remontarse para encontrarse la última visita del filial sevillista. Se presentó como Sevilla B y con Manolo Jiménez en el banquillo. Un lustro, cinco años, y hoy han cambiado muchas cosas. Entre ellas muchos sueños cumplidos, como el de salir del pozo, o incluso otros que ni por asomo venian a la mente, como el de aquel O-1 en el Bernabéu.
El Cádiz necesita goles como soles. Da igual quien los meta. Ya no estará Pavoni, que por entonces firmó tres, su primer y único “hat-trick” como cadista. Con uno nos basta. Uno y que Ale Limia consiga el quinto cerrojo de su vida amarilla. Dani, Natalio, Gastón, Enrique, Libero, Gustavo, Andrés, Ramón, Abraham, Julián. El sucesor de Matías debe estar entre ellos.
Recuerdos de los tres goles de Matías al Sevilla B en febrero de 2003
El Cadismo busca un nombre que sustituya a Matías
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